viernes, 26 de septiembre de 2014

Ley de vida, supongo.


   La vida está llena de cambios.
Incluso cuando naces haces el primer cambio en tu vida.
Solemos acostumbrarnos a cosas, a la rutina y a aferrarnos a lo que estamos acostumbrados y que no cambiaríamos por nada.
    Y justo cuando más cómoda te sientes, llega el cambio.
Llega el momento de dejar atrás en la pestaña "pasado" lo que has estado viendo, oyendo y queriendo durante 13 años.
     Ya no haces el mismo recorrido cada mañana, ni ves las mismas caras siempre. Ya no ves a esas personas a las que deseabas perder de vista, pero tampoco a las que te alegraban con tan solo su presencia.
      Las sensaciones van a ratos. Acaba la clase, levantas la cabeza, miras a tu alrededor y ya no están. A veces te sientes sola. Otros días tal vez se te acerca alguien que está en las mismas que tú y cambia tu día, dándote ese rayito de esperanza de "tal vez empezar de cero no era tan heavy como lo pintaban". Pero al día siguiente todo vuelve a ser igual.
     Suena el timbre por tercera vez en toda la mañana. Antes, al aburrirte, tal vez te girabas y empezabas a hablar con el de atrás sin importar si te llevabas bien con él. Abundaba confianza y la rutina se hacía más amena.
     Empiezas a echar de menos cosas que jamás te hubieses imaginado que algún día anhelarías. Echas de menos que te echen bronca por quedarte hablando en el lavabo; la dichosa bata que tapaba las pintas que llevas cuando te levantas sin ganas de nada; un cascabel sonando por los pasillos; ser la portera de la clase y echarte carreras para que no te pillen de pie... e incluso poner los días que faltan en la pizarra para un acontecimiento importante; esos abrazos de reencuentro después de Navidad o Semana Santa y esas notitas intercambiadas en medio de clase que hoy en día algunas aun seguimos conservándolas en el estuche. Cosas que salían de la confianza y que ahora ni esperas hacerlas o encontrártelas ni por asomo. Cosas de las que te acordarás siempre. Cosas...que no volverán.

    Y tal vez es ahora cuando cobra vida lo que siempre me decía mi madre, que eso de los cambios... es ley de vida.

2 comentarios:

  1. Desde luego que son ley de vida... ¿Sabes? A mi nunca me han gustado demasiado los cambios, pero éste ha sido de los mejores. Ha sido una oportunidad para conocerme a mi misma en una nueva situación, como esas pruebas que te pone la vida... Y mi prueba no empezó muy bien que digamos, porque de pasar a conocer a una persona de 40, a que no se presente ni avise... La verdad es que no conocer a nadie y estar rodeada de extraños me puso muy nerviosa, muy intranquila, quería salir corriendo... Y en cuanto acabó la presentación estuve a punto de hacerlo, y menos mal que no lo hice!

    Aun y así los primeros días han sido... raros, como una mezcla entre ganas de conocer y ganas de no volver, de querer volver a estar en mi antigua clase, con todos. Pero con el tiempo a quien no conoces lo acabas conociendo, y viceversa. Acabas encajando en otro sitio que al principio no te pertenecía, y no te incomoda. Hay personas que son más reacias a los cambios porque nos aferramos a lo que sabemos que no volveremos a tener. Estás como en una fase de duelo, de no haber querido crecer, de no tener que dejar atrás cosas que en un momento pensaste que las tendrías durante mucho tiempo, y es normal. ¿Quién no se ha sentido así alguna vez?

    Ánimo Meri, sólo necesitas tiempo, una actitud positiva y no dejar de ser tú misma, porque ya me encanta como eres.

    PD: banda sonora de fondo mientras escribo el tochaco "who you are" & "harder we fall" -jessie j <3

    So whatever path we choose to take
    There will be highs and there will be lows the same
    Oh we'll never run from our mistakes
    The harder we fall, the harder we try

    ResponderEliminar
  2. Ain't it funny how were all afraid
    That tomorrow everything could change
    We forgot we gotta just enjoy the night

    Omg Meri... Te doy la contraseña de mi cuenta de blogger y escribes tú!! Como siempre touché a tu comment.

    ResponderEliminar